Pixar registró su estreno más bajo de todos los tiempos, recaudando $29,5 millones de dólares en su primer fin de semana, por la película Elementos y uno de sus protagonistas no binarios.
A pesar de la dirección creativa del estudio, el apoyo de Disney y una producción de $200 millones de dólares, los cines de Estados Unidos fueron testigos del pobre desempeño de la película y las malas reseñas de los espectadores.
¿La razón? Elementos adquirió notoriedad después de presentar al primer personaje no binario en su historia, llamado «Lake». Kai Ava Hauser, el actor que hizo la voz de este personaje, publicó sobre el papel en Twitter: GRAN ANUNCIO ¡Logré interpretar al primer personaje no binario de Pixar!.
https://twitter.com/JustAVoiceActor/status/1669792764106792960?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1669792764106792960%7Ctwgr%5Ef2cfca121ca6f94ff72880f03b31293434a11ce4%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.foxnews.com%2Fmedia%2Fdisneys-elemental-features-non-binary-character-flops-opening-weekend
Pero más allá del descontento de los padres de familia, la crítica especializada de la revista Variety informó que la película no cumplió con las expectativas del público que ya de por sí eran bajas, e incluso The New York Times le dedicó el titular Elementos de Pixar fracasa.
De mal en peor
Disney anunció a principios de este año que tuvo una pérdida de 2,4 millones de suscriptores del servicio de transmisión Disney+, tras enfrentar una gran controversia con series como Proud Family: Louder and Prouder, que incluía elementos de crítica racial extrema (Critical Race Theory) y criticaba a Abraham Lincoln por no preocuparse lo suficiente por abolir la esclavitud.
De la misma manera, el gigante cinematográfico tuvo que despedir a su directora de diversidad, Latondra Newton, encargada de polémicos remakes como La Sirenita, tras el fracaso de estos.
Pixar Studios también eliminó 75 puestos de trabajo este 2023, una movida que Reuters calificó como el primer recorte significativo de empleos en el estudio en décadas.
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Estados Unidos da la batalla cultural
El mercado no miente. En norteamérica han comenzado a rechazar activamente la agenda progresista que pretende hace ya mucho tiempo apropiarse de la cultura popular y las artes.
La resistencia de los valores conservadores –o debería decir, del sentido común– en Estados Unidos y el activismo en medios independientes y redes sociales son un ejemplo para Latinoamérica, terreno en el que el progresismo internacional ha comenzado a penetrar.
Afortunadamente, hemos comenzado a oír voces desde la prensa y la sociedad civil que abogan por la desexualización del entretenimiento infantil, porque finalmente, los niños solo quieren ir al cine para divertirse y pasar un buen rato, no para aprender sobre género.
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Directora ejecutiva de ILAD Media