¡Es jueves de poesía en La Escena! Hoy te presentamos a la comunicadora Vanessa González Madrid.
Sobre la autora
Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Máster en Comunicación y Marketing Político en la Universidad de Alcalá (Madrid). Autora del poemario Puente de Varolio (2022), publicado con la editorial Colmillo Blanco. Además de comunicadora especialista en política, es gestora cultural, promoviendo la difusión de la lectura en la organización de actividades en pro de la descentralización cultural.
Metamorfosis
Cuando lloro mi cara se transforma
y mis ojos cambian de color
verde amarillo
olivos.
El llanto se apodera
de los castaños falsos
y libera los de verdad,
los que cuentan,
los que cargan legañas prisioneras,
los que todavía creen.
Mis ojos de combate
me recuerdan mi nombre
en días donde lo olvido.
Especie
Las mariposas
son vanessas
que vuelan
Vanessa Atalanta
Vanessa Cardui
Vanessa Vulcania
vanessas con alas
que aprendieron
a ser libres.
Lo que no nos enseñan
En el salón de clases
de mis cinco años,
entre mesas azules y ventanas pequeñitas,
la maestra no mencionó nada
sobre la libertad de amar.
Existe un modelo absoluto,
somos alfiles
buscando completarnos,
como el abrigo a los brazos
el agua a la tierra
el tiempo a los sueños.
Nos invitan a saltar
a una eternidad
conlamuerte,
único juez
para s e p a r a r n o s.
En mis dibujos de esa época,
el amor era una casa grande
con techo en forma de triángulo,
con una chimenea echando humo
con una puerta en forma de círculo a la mitad
y niños corriendo.
Esta noche
él duerme en otra casa
sin techo en forma de triángulo
sin una chimenea que eche humo
sin puertas abiertas
sin niños corriendo
pero su amor es tan grande
que arma mi casa.
Nuestros años
Yo con siete años y tú con veintitrés
yo con trece años y tú con veintinueve
yo con diecisiete y tú con treinta y tres
yo con los ojos dentro y tú mirando siempre fuera
yo abriéndome en primavera y tú bebiendo agua de lirios blancos
yo atándote a mi vida y tú convirtiéndome en discípula
yo esclava de tu tiempo y tú mi Dios altivo
yo llevando el invierno en el pecho y tú derritiéndolo todo
con las manos
yo respiré y tú ya llevabas años exhalando.
Mi primer llanto fue porque ya existías
tú ya me esperabas.
Ansiedad manifiesta
De día tomo pastillas,
las escojo,
les hablo,
les cuento lo importantes que son,
les agradezco.
A veces una o dos.
En días en los que mi mente deja de contestar
puede que tres.
Entran en mí,
se alistan para el viaje.
Espero unos minutos,
escucho el movimiento,
hablan entre ellas,
se apiadan de lo que encuentran,
emiten sonidos que suben
arrastrándose por mi garganta.
No estoy tan sola, pienso.
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