Muchas veces hemos escuchado el término “cultura de la cancelación” en referencia a personajes o empresas boicoteadas por no sucumbir a la dictadura de pensamiento progresista. Pero, ¿de qué se trata y de dónde viene?
Breve definición
Es un concepto que consiste en retirar el apoyo, boicotear o “cancelar” a una persona que dijo o hizo algo potencialmente ofensivo o cuestionable. Este comportamiento tóxico ha creado miedo de equivocarse y censura entre los más jóvenes.
La cultura de la cancelación se comporta como una campaña de bullying masivo y es un manifiesto de censura que, indudablemente, limita la libertad de expresión. Al silenciar a personas con opiniones diferentes, se afecta la diversidad de opiniones, el debate público y nuestro crecimiento como sociedad.
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Un poco de historia
El término cancel culture o cancelling comenzó a utilizarse en 2015, ganando mayor popularidad a partir de 2018, pero, realmente, es una política que tiene su origen en las primeras fases de la Alemania nazi, practicada sobre quienes no participaban del nacionalsocialismo o no estaban a favor del extermino de los judíos.
Uno de los actos simbólicos que ejemplificó la gravedad de la cancelación se dio el 10 de mayo de 1933, cuando estudiantes universitarios quemaron 25,000 libros “no alemanes” como un acto simbólico de censura y amenaza.
Harper’s letter
En 2020 se firmó un documento rubricado por 153 figuras públicas y publicado en Harper’s Magazine, el cual ha sido descrito como un hito en el debate sobre la cancelación. Algunas figuras importantes que firmaron incluyen a: Mario Vargas Llosa, Fernando Savater, Adela Cortina y Carmen Posadas.
La carta argumenta contra la «intolerancia hacia los puntos de vista opuestos y la tendencia a disolver problemas políticos complejos con una certeza moral que enceguece».
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