Economía

¿El Perú tiene un mercado libre?

Raúl LabartheDirector periodístico

Extraído de Ad Populum. El cambio total del capítulo económico, que es la obsesión de la izquierda en el país, está hoy en debate a partir del proyecto de ley que ha presentado el partido Perú Libre, a través del congresista Américo Gonza. Según su visión, el capítulo económico hace que en el Perú exista un libre mercado con un poder absoluto, usando sus palabras. ¿Esto es realmente así?

Lo cierto es que la Constitución sí habilita al Estado a regular los mercados en distintos rubros. Hace falta que recuerde que existen organismos reguladores como Ositran, Osinergmin, Osiptel y Sunass.

O las superintendencias como la Superintendencia de Banca y Seguros, la Superintendencia de Mercado de Valores, la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral, o la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria, que hoy está en el ojo de la tormenta.

Por no hablar del Indecopi, que cumple un rol fundamental para defender al consumidor y regular las posiciones de dominio y los abusos posibles. Claro, pero si colocan a los amigotes del gobierno, o personajes cuestionados, ¿cómo esperan que estas organizaciones cumplan correctamente su función?

¿Para qué están todas estas organizaciones si no es para regular los distintos mercados? Otra cosa es que digamos que no están cumpliendo correctamente su función, y efectivamente puede pasar; y es lógico que esto suceda en el Perú, un país corrupto con el puesto 101 de 180 países según Transparencia Internacional, y que viene cayendo consistentemente en las últimas décadas.

Pero esto no es causado porque la Constitución impida la regulación de los mercados, para nada. Los poderes y las facultades para regular al mercado están ahí y, por el contrario, se convierten en la oportunidad perfecta para que los funcionarios chantajeen a las empresas que no los sobornen. Esto no se va a cambiar con una nueva Constitución que le dé más poder al Estado.

De hecho, el Perú ha venido reduciendo los niveles de libertad económica en los últimos años. Y la libertad económica está relacionada con mejores niveles de vida; es al revés, darle más poder a los políticos hará que puedan cobrar más coimas a las empresas para funcionar normalmente.

Efectivamente, si seguimos la lógica del congresista Américo Gonza, el Estado no tiene el mismo rol que el empresario. El empresario tiene el rol de crear y producir riqueza y al Estado no podemos pedirle eso, ya que el Estado está para contribuir al desarrollo social y brindar los servicios básicos a los ciudadanos.

Perfecto, entonces ya sabemos qué resultados tendremos si la producción de bienes y servicios las ponemos en las manos de los políticos que manejarán el Estado. Ineficiencia, porque una empresa que no produce riqueza hace un uso ineficiente de los recursos.

Pérdidas generalizadas, porque crear valor es un trabajo difícil, no es un trabajo sencillo. Si no se realizan esfuerzo conscientes y una buena gestión para satisfacer al consumidor, se pierde dinero.

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