“Fujimori disolvió el Congreso y dio un golpe de Estado vs Vizcarra disolvió el Congreso fujimorista, pero no dio un golpe de Estado”, “Vizcarra hace bien en reorganizar el Ministerio Público vs Congreso dictatorial de 2024 quiere atropellar las instituciones, reorganizando el Ministerio Público”. “Deshagamos el CNM corrupto vs la injerencia en la JNJ es un golpe de Estado”, “Keiko debe ser detenida vs la confesa Villarán tiene lupus y debe permanecer en ‘prisión domiciliaria’”. “Castillo antes que Keiko y Antauro antes que Keiko vs nunca se pacta con una dictadura”, “Merino entró al poder fuera de la legalidad vs Sagasti entró con la legitimidad de la calle” … Y podríamos seguir para poner en vitrina las inconsistencias caviares, donde lo bueno es malo y viceversa, según convenga.
¿Cómo definir a un caviar? Difícil, no se trata del apellido o la riqueza ni de retrotraerse a la gauche caviar francesa o a los champagne socialists ingleses. ¿La lucha por los derechos humanos es lo que los agrupa? Los derechos humanos son una conquista liberal y la Constitución (y sus derechos fundamentales) son una garantía del individuo, propia del Estado liberal.
Hasta allí, ¿qué es ser “caviar”? Hay algunos parteaguas de la historia reciente que los define, la creación del “enemigo único” desde 2000: Alberto Fujimori y por correlato, su hija Keiko. Escribe, sin pudor, un tuitero “caviar”: “si van a bloquear la inscripción de A.N.T.A.U.R.O, que también cancelen la inscripción de Fuerza Popular”. No pueden observar las diferencias. Crean y recrean el odio, la venganza política, la persecución y el dominio de las instituciones para sojuzgar a sus enemigos.
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El segundo parteaguas fue la elección de Ollanta Humala en 2011 y el tercero la de Pedro Castillo en 2021. A decir verdad, en 1990 fueron ellos los que eligieron a Fujimori y le jugaron sucio a Vargas Llosa…y le hubieran seguido jugando sucio si el escritor ganaba las elecciones.
Son ellos los que inventaron la conjunción huachafa “fujiaprismo” y luego “fujicerronismo” y demás impronunciables, sumando enemigos en su lista por asociación. El “caviarismo” es una expresión política más que ideológica, una némesis de los 90, una entidad capaz de asolapar los estropicios del extremismo socialista y de votar por el diablo para acabar con el fujimorismo.
La justicia supranacional les sirve para cambiar la narrativa y voltear el esquema de víctima-victimario de los 90, (Estado-terroristas). Una reparación de la CIDH a un terrorista ante un Estado allanado es dar una credencial de víctima al enemigo del Perú mientras se sanciona a las fuerzas del orden. Por tal, la Policía y las Fuerzas Armadas les sirven más débiles que robustecidas…y esa ha sido la constante hasta 2024. Algunos senderistas purgaron condena y viven en Europa, mientras el General Nicolás Hermoza Ríos, muy anciano y enfermo (vegetativo) habita una prisión, “los chilenos antes que Piérola”.
“Caviar” no es el término preciso, quizás a alguien se le ocurra otro mejor. ¿Acaso “fariseos criollos”?
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Abogado y escritor
