¡Es miércoles de poesía en La Escena! Hoy te presentamos a la joven poeta y comunicadora Luciana Morales.
Sobre la autora
La joven es bachiller en ciencias de la comunicación con una doble especialidad en publicidad-marketing y comunicación corporativa. Tiene 22 años y encuentra paz en la escritura. En sus palabras: “Escribir me permite ser vulnerable conmigo misma” y es algo que planea seguir haciendo por mucho tiempo.
Poemas
Sean amigos
«Simplemente sean amigos»…
¿como si fuese tan sencillo, no?
Tú y yo somos complicados,
somos tormentosos,
nos hacemos daño,
somos todo menos amigos.
Podemos fingir que lo somos.
Podemos saludarnos
y pretender que nos llevamos
como cualquiera,
podemos engañarnos
con la mirada y con las palabras.
Pero poco a poco la mentira
nos consumirá.
Poco a poco el fingir que somos algo
que jamás podremos ser,
terminará por matarnos,
por destruirnos.
Destino
¿Y si mi destino es amarte?
¿Y si mi destino es quererte?
¿Y si no hay vuelta atrás?
¿Y si estamos marcados?
¿O estoy maldita?
¿Somos almas gemelas?
Porque de no ser así,
no tengo idea de por qué
sigo esperándote,
porque sigo sentada en la banca
fuera de tu casa.
No sé por qué sigo aquí,
después de tanto daño, de tanta amargura,
de tanto odio, de tantas horas de terror,
de tantos tragos que llevaron tu nombre,
de tantos demonios.
¿Por qué demonios sigo aquí?
No es elección mía, la vida me pone a tu lado
cada que tiene la oportunidad , y no lo entiendo,
y creo que jamás lo haré.
La estúpida pregunta
«¿ Por qué te enamoraste de mí?»,
quizá sea la pregunta más estúpida
que alguna vez me hayan hecho,
incluso la más estúpida que haya escuchado.
¿Quién no lo haría?
Si es imposible no enamorarse de esa mirada.
Mirarte de frente es como envolverse
en terciopelo estando en el cielo.
Es imposible no querer besar tu boca.
Es imposible no querer juntar tu pecho contra el mío.
Es imposible no aprender a amarte.
Es imposible no querer hacerte feliz.
Es imposible.
¿Por qué tú?
Porque así lo quiso el destino,
así lo quiso la vida.
Porque así nos juntó el camino
o la casualidad.
Y estaré por siempre agradecida por haberlo hecho
porque, por ello, encontré al amor de mi vida.
¿Soy suficiente?
Eres la única persona que logró
que me cuestionara si soy suficiente.
El famoso «te veo como amiga»
hizo que en mi cabeza pasaran las preguntas:
¿Soy lo suficientemente delgada?
¿Soy bonita?
¿Soy merecedora de un amor?
¿Qué me falta?
¿Tengo algo malo?
Preguntas inútiles que solo me llevaron
a ahogarme en lágrimas sin razón alguna.
Fuiste la única persona que llevó a cuestionarme mi valor,
mi amor propio.
Eso nunca lo voy a olvidar.
No quiero que mis versos te enreden.
Que me haya sentido así no fue tu culpa,
fue la mía por no haberme amado lo suficiente
en su momento como para cuestionarme.
Porque no está bien. No es correcto.
No es inteligente cuestionar el valor
de uno mismo por la carencia de aprecio del otro.
Es algo que jamás en la vida podría hacer de nuevo.
Jamás. Ni por ti, ni por nadie.
Odiarte para amarme
Una vez alguien me dijo
que debía alejarme de ti
para conocerme.
Que debía aprender a odiarte
para aprender a amarme a mí.
No lo encendía al principio.
Pero por fin lo enciendo.
Luego de ahogarme en llanto
por tu culpa,
luego de perder el rumbo
de mi vida por tus acciones,
luego de morir en pena pura,
termine odiando al amor.
Llegué a odiar el mundo,
no le encontraba el sentido
a seguir parada respirando
en este mundo
que no me curnplió
el deseo de permanecer
a tu lado para toda la vida.
Luego, comprendí que,
para tener un amor sano,
debo empezar teniendo amor propio.
Y ahora me pongo a pensar
lo que hubiese pasado
entre los dos
si me hubiese amado
desde el principio.
No hubiese aguantado tanto,
no hubiese aguantado
los ataques de ira, de furia,
tantos enojos sin causa.
Tanta basura.
Tanto tú.
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