Intentan instaurar una policía de pensamiento progre desde el Congreso.
Un grupo de parlamentarios, encabezados por Susel Paredes, quieren criminalizar a todo aquel que ose desafiar lo políticamente correcto a través de una nueva figura: “los delitos de odio”.
Se trata de un dictamen que debía debatirse hoy en la comisión de Justicia del Congreso, y que busca considerar al “odio y a la discriminación” como agravantes del delito y ampliar el delito de discriminación para incluir motivos como orientación sexual, “identidad de género”, opinión, entre otros.
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Es decir, abiertamente quieren procesar penalmente por “discriminación de género” a todo aquel que no se alinee a su dictadura woke, dejando al criterio subjetivo de jueces y fiscales el determinar que un crimen haya sido motivado por odio o discriminación.
De esta manera, y como lo hemos visto en diversos países del mundo, un crimen de odio podría ser, por ejemplo, llamar “hombre” a una “mujer trans” o expresarte en contra de los shows drag en espacios públicos y una serie de políticas insensatas.
¿No es este, acaso, un ataque frontal y directo a nuestra libertad de expresión? Pues parece que los abanderados de la tolerancia y la inclusión quieren diversidad de todo, excepto de pensamiento.
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Esta sin duda califica como una ley mordaza, pues busca criminalizar a todo aquel que piense distinto y así limitar el discurso público a las sensibilidades progresistas de una indiscutible minoría.
Este dictamen es inconstitucional, pues vulnera el derecho a la libertad de expresión, y, convenientemente, servirá para que las oenegés caviares persigan penalmente a todos los que no piensan como ellos y, por supuesto, puedan cobrar al estado para capacitar a funcionarios públicos en lo que es y no es un “crimen de odio”.
Hacemos un llamado a los congresistas miembros de la comisión de Justicia a votar de manera sensata y a no dejarse llevar por palabras bonitas que, en la práctica, alimentan la victimización de grupos chantajistas.

Directora ejecutiva de ILAD Media