La Escena

5 poemas de Víctor López García

¡Es viernes de poesía en La Escena! Hoy te presentamos al escritor piurano Víctor López García.

Sobre el autor

Licenciado en Sociología con estudios de Maestría en Ciencias Políticas y Relaciones Públicas; y Doctorado en Educación, Sociología y Comunicación Audiovisual.

Como profesional, intelectual, académico y político, ha ocupado responsabilidades de gestión, consultoría, investigación y docencia en importantes organizaciones privadas, públicas y no gubernamentales.

La tercera edición de su poemario “Presencias y ausencias” ha sido publicado este 2023, y presentado en diversas ciudades del Perú.

Poemas

LA HORMIGA DE LOS AÑOS

Hoy,
la hormiga de los años
descubrió su desnudez.

Trepó
el tiempo entre las cosas
y llegó a las puertas de la muerte.

La hormiga
hoy,
descubrió su vejez.

Febrero 1981

EN ÚLTIMA INSTANCIA

Te amo más allá del vértice
donde se encuentra tu sexo,
más allá de la vida
que palpita en tu vientre,
más allá del dolor
con el que se fundieron un día
tu vida y la mía

(ahí donde se esconde
la última instancia de tu vergüenza)

Te amo más allá del qué dirán,
de tu extracción de clase,
más allá del llanto, del odio,
de los celos, inclusive;
más allá del amor
de todos los amores,
de tu adiós.

(ahí, en ese lugar, donde se une
como un puño tu rubor y mi agonía).

1975.

OJOS DEL ALMA

Todavía tengo esperanza en los ojos
que me dejan al buscarte.

Te miro desde adentro
con los ojos del alma
y en la oscuridad de mi camino
te encuentro
terriblemente indiferente.

Y mis ojos vuelven a ocupar sus órbitas
avergonzados…

Te huyen mis ojos
tristes, tímidamente tristes
envueltos en la esperanza muerta.

Te alejas… lo siento
te alejas terriblemente indiferente
y en la oscuridad de mi camino
te lloro con los ojos del alma.

Me hieren estos ojos con su verdad
y en silencio me acompañan.

Y en la oscuridad de mi camino
van dejando su huella
estos ojos del alma.

1975.

A PARTIR DE TI

Días y más días perdidos en el círculo
parado en el ángulo herido de tu costado
rodar por diferentes caminos
Y seguir pensando que es igual.

Ir y venir de gentes, figuras geométricas.
entes, cosas, cielo, mar;
seguir creyendo que todo es mutable
Y seguir de pie en el mismo lugar.

Negar la vida en cada movimiento
y en cada paso seguir negándola, sonreír
volver a sonreír; soltar la carcajada
Y seguir negando la vida.

Amanecer, días y más días, volver a amanecer
la boca seca; hablar y hablar
y seguir negando, con el llanto amargo
hecho piedra, atado en el centro mismo
del círculo donde giras sobre ti mismo.

(Buscar y buscar esperando algo
hablar y hablar hasta cansarte
seguir viviendo sin saber porque
y despertarte siempre con la misma mueca).

Apareciste tú y comenzó la vida
a partir de entonces y a partir de ti;
luego pensar que has dormido demasiado
y que la pesadilla recién ha terminado.

(Comenzar a vivir a partir de entonces
Queriendo que los días y más días se detengan.
Ir y venir de gentes que recién comprendes
Y saber que cada amanecer es de nuevo comenzar
Y dejar atrás, remotamente, el negar la vida)

Tener que entender entonces, que es verdad el amor,
que existe
y empezar a conjugar en cada paso, en cada sonrisa
el amor con todas las formas de la vida.

Resultado,
amor y vida compatibles
en todos los tiempos y en todos los lugares
Con todas las contradicciones conjugable.

Y en todos los espacios.
Morir y amarte también es conjugable
Y a partir de la indiferencia separar la unidad
Y comenzar a conjugar amor y muerte
E ir dejando atrás la vida que me diste.

Y seguir así. Abandonando la vida
y a partir de tu sonrisa otra vez resucitar,
Volver a morir y nuevamente, volver a vivir.

Pensar entonces que el amor es
como un río caudaloso que arrebata
siguiendo un cauce a través del tiempo
rompiendo con los marcos de la historia
sin saber dónde desembocar.

Atrapado en tu corriente
con mis huesos, con mi polvo
me asimilas y entonces
nuevamente la unidad.

Navegamos juntos y sigue,
tu vida y la mía el mismo sendero
a través del tiempo
rompiendo todos los espacios.

Y entonces,
olvidando la gente
olvidándolo todo
nos dejamos arrastrar por la corriente
siguiendo tu cauce, siguiendo mi cauce.

Y seguir así
Incontenibles, más allá del tiempo y del espacio.

1976.

DÉJAME I

Deja que camine los caminos de tu cuerpo
Déjame que busque en tus labios la palabra
Déjame que hable, que grite, que musite
Déjame que sienta las notas de tu vientre.

Deja que repose mi semana en tu domingo
Deja que conjugue mi verbo con tu verbo
Deja que se esconda en tu seno mi tristeza
Déjame que encuentre tu génesis, tu limbo.

Deja que me pierda en tu intrincado laberinto
Deja que descubra las torturas de tu sino
Deja que penetre las desnudeces de tu suerte
Deja que me muera en la muerte de tu muerte.

1978.

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