Opinión

La Instrumentalización del Caso Beatriz: un triste peón del lobby del aborto

Hablemos nuevamente del caso de Beatriz, que ha vuelto a ser tendencia, aquella mujer salvadoreña cuya solicitud de aborto terapéutico fue negada debido a un diagnóstico de malformaciones en su feto, sigue siendo utilizado por sectores de la izquierda en América Latina como un emblema en la lucha por la despenalización del aborto. Este caso ha atraído la atención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ha influido en los debates sobre los derechos reproductivos en la región. Comparativamente, muy contrario al caso de Paola en Brasil que presenta un enfoque diferente, donde los avances en medicina fetal ofrecen alternativas viables para la protección y el cuidado de la vida en gestación, pero claro esto no genera negocio al lobby o acaso ¿viste o escuchaste el caso de Paola en Brasil y el éxito de la medicina fetal de su caso?

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en América Latina y el Caribe, se estima que ocurren aproximadamente 6.5 millones de abortos inducidos cada año (OMS, 2021). En Perú, se reportan alrededor de 370,000 abortos anuales (Ministerio de Salud del Perú, 2017). Estos números alarmantes subrayan la necesidad de hablar del tema con un único enfoque que priorice la vida y la salud integral de las 2 vidas.

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El enfoque provida no ignora las complicaciones que pueden surgir durante un embarazo. Sin embargo, no creemos que legalizar un delito será la gran solución como estos grupos plantean sino por el contrario sería una cuna de nuevos problemas sociales. En lugar de optar por el aborto, debemos abogar por una atención médica integral que priorice la salud de la madre y el bebé. Existen múltiples ejemplos en los que intervenciones médicas han salvado vidas, incluso en circunstancias críticas. La ciencia y la medicina han avanzado, y es posible ofrecer soluciones que preserven la vida.

La utilización del caso de Beatriz por la izquierda plantea un dilema ético sobre los derechos de los no nacidos frente a las demandas de derechos reproductivos. La CIDH, al involucrarse, parece favorecer una agenda que podría socavar la soberanía de los países en la protección de la vida y terminando ser un peón más del lobby abortista ya que está demostrado con casos como los de Paola de Brasil que con la intervención médica adecuada, es posible evitar abortos eugenésicos y proteger la vida del feto.

Los avances en medicina fetal han permitido diagnosticar y tratar múltiples condiciones que antes se consideraban invivibles. Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Stanford, un 80% de los casos de malformaciones pueden manejarse con intervenciones adecuadas (Stanford University, 2020). Esto desafía la narrativa de que el aborto es la única solución ante un diagnóstico adverso.

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Un caso similar que merece atención es el de Paola, una mujer en Brasil que enfrentó una situación crítica durante su embarazo. En el quinto mes, a Paola se le diagnosticó una malformación congénita en su bebé, lo que generó la recomendación de un aborto. Sin embargo, Paola decidió buscar una segunda opinión y se dirigió a un hospital especializado donde un equipo médico multidisciplinario evaluó su situación. Gracias a la intervención de estos profesionales, se realizaron procedimientos que estabilizaron la salud de Paola y permitieron tratar la afección del feto.

El caso de Paola en Brasil ilustra cómo a través de la medicina fetal, una cirugía intrauterina puede corregir una malformación, permitiendo que su embarazo continuara de manera segura. Paola, tras un seguimiento minucioso, dio a luz a un bebé saludable. Este caso resalta la importancia de priorizar la salud y el bienestar de ambos en lugar de considerar el aborto como una solución. A pesar de un diagnóstico complicado, este enfoque proactivo no solo protege al feto, sino que también alivia la angustia de las madres, demostrando que existen alternativas al aborto.

La instrumentalización del caso Beatriz por parte de la izquierda y la intervención de la CIDH subrayan la necesidad de un debate crítico sobre el aborto en la región, para aclarar las verdaderas razones de su deceso ya que como siempre el progresismo romantizara el problema utilizando excepciones para emitir reglas o “nuevas leyes” con el único fin de obtener poder político.

Es vital que la sociedad peruana reflexione sobre las narrativas que rodean el aborto y busque enfoques que valoren la vida en todas sus etapas. La defensa de los derechos humanos debe incluir la protección de los no nacidos y considerar el impacto de las decisiones en las madres y sus familias.

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