Política

La economía, estúpido

Fue James Carville, asesor de Bill Clinton, quien insertó la frase en la campaña de 1992, “es la economía, estúpido”, mientras Bush se cerraba en la política exterior. Parecía el reclamo de un libertario frente a la trivialidad de un progresista. En las elecciones pasadas, el Partido Morado parecía enfrascado en esa suerte de corrección Naif, invirtiendo las prioridades.

Flor Pablo y Marisol Pérez Tello buscan fundar un partido, lo llaman “Lo justo”, pero apuntan al “centro radical”. La justicia de “lo justo” no es siempre la equidistancia de los extremos y el centro suele ser un escondite que funge de moderación, pero que es indefinición y tibieza, un defecto (ya que nos remitimos a Aristóteles). En tiempo de caos, y de Escila y Caribdis, no se puede ser tibio y se debe correr el centro hacia uno de los lados. No se puede ser tibio frente a un termocéfalo Antauro, no se puede cuando 7 de cada 10 peruanos son pobres, no se puede cuando 40% de los niños menores de tres años son anémicos. No se puede perder el tiempo en trivialidades que abren disyuntivas bobas entre fumarse un porro o no y jactarse de ello.

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Tello y Pablo entran, pero de saque ponen en vitrina sus diferencias sobre el aborto. No fue la quemazón de Guzmán necesariamente la que liquidó su candidatura, fue desentenderse de la economía y de los temas que importan a la gente. Qué le importará el lenguaje inclusivo a quien sale de casa para sumar a una cola cuyo objeto es competir por un trabajo. Qué le importará al funcionario atareado y temeroso de firmar cualquier papel si lo fisgonea un vigilante de la palabra cuando el “los” y “las” se los pasa por encima porque la RAE supera al capricho. Sirve recordar: “Entre las 43 propuestas que enarbola el Partido Morado para el período congresal 2020-2021, Julio Guzmán, destacó que el matrimonio igualitario será una prioridad”; sí, claro, ya fue, pero, ¿en serio? ¿Le importará al padre crispado que no encuentra medicinas baratas para sus hijos? ¿Le importará a la madre que con ojos anegados mira de soslayo los precios que arrancan de cuajo los restos de su monedero?

Es la economía, estúpido. Hablemos de emprendimientos, minería, infraestructura, comercio exterior, empleo, seguridad y superación de la pobreza. No me hables de género como doctrina infantil, háblame de cómo el socialismo del siglo XXI exporta criminales para destruir la base del capitalismo popular.

Casi 40 candidatos, algunos a la izquierda, otros al centro y algunos hacia la derecha y un extremista que amenaza con ganar, ¿hacia dónde vamos si el eje no es la economía y el orden? Que el sexo de los ángeles se pierda en el centro, mientras luchamos para que los bárbaros no tomen Bizancio.

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