El mexicano David Toscana fue condecorado con el V Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, por su más reciente obra: El peso de vivir en la tierra, una oda a la libertad que a su vez retrata la valentía de notables autores soviéticos que dieron sus vidas por el arte bajo un gobierno totalitario.
La obra de Toscana, ambientada en la Guerra Fría y en la carrera espacial que devino de esta, construye imaginarios a partir de la muerte de tres cosmonautas rusos para rendir homenaje a tantos personajes de las artes que fueron perseguidos, encarcelados y torturados por el régimen soviético durante este oscuro periodo.
En una entrevista para Swissinfo, Toscana declaró: Stalin marca la literatura rusa de dos formas, una, reclutando gente para que escriban según la línea del Partido y acosando, encarcelando, persiguiendo, a quienes que no la siguieron. Ahí tenemos a la poeta Ana Adjmatova; de ser diva, poco a poco se va convirtiendo en una paria en su propio país.
Es así como, a lo largo de 300 páginas, constatamos el poder de la literatura en la lucha contra las tiranías, como acto de rebelión, prueba de pensamiento propio y causal de persecución.
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Lamentablemente, parece ser que en ninguna era, contexto, ni país estamos libres de la mordaza. Latinoamérica entera se enfrenta a autoritarios y megalómanos presidentes de izquierda, exguerrilleros injerencistas y enemigos de la libertad de expresión.
Podemos poner como ejemplo el caso de la aclamada escritora nicaragüense Gioconda Belli, galardonada con el XXXII premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, quien actualmente se encuentra exiliada en España después de que el régimen de Daniel Ortega le quitara la nacionalidad.
El Perú no es ajeno, se ha salvado por poquísimo y es nuestro deber no bajar la guardia. Entre tantos proyectos de ley mordaza, asambleas constituyentes y delincuentes disfrazados de ronderos, El peso de vivir en la tierra se torna aún más vigente en fondo y forma.
A los escritores nos queda, simplemente, no perecer y seguir escribiendo, de día y de noche, felices y tristes, cuando las aguas estén mansas o el oleaje nos haya revolcado. Solo la literatura nos salvará de la realidad, de la eterna lucha por la defensa de la libertad y la verdadera dignidad humana.
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Directora ejecutiva de ILAD Media