A Borges le hubiera complacido el resultado electoral del último domingo en Argentina. Él habría celebrado la victoria del candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, por dos sencillas razones: porque la obtuvo un anarquista como él, y porque fue infligida al peronismo, del cual era un impenitente opositor.
La animosidad de Borges tenía como origen el mito de que Perón lo había sacado de la dirección de una biblioteca municipal para nombrarlo, con el propósito de humillarlo, inspector de aves y conejos, oficio del cual, como el propio escritor ironizó, carecía de pericia.
El último domingo, una filtración de los organismos electorales, compartida en las redes sociales, advertía el triunfo de Milei. La diferencia era de seis puntos porcentuales. Poco antes, Patricia Bullrich, su aliada en el balotaje argentino, anunciaba a los militantes de Juntos por el Cambio el triunfo del libertario por siete puntos de ventaja. Por su lado, en las tiendas de La Libertad Avanza, se hablaba de una victoria de cuatro. En cambio, en las filas del adversario de Milei, el oficialista Sergio Massa, se afirmaba que estaban acortando la ventaja. Canal 5N, uno de los medios más importantes, ya informaba sobre la conformación del posible gabinete de Milei.
Todo hacía sospechar que había ganado. Pero no había nada oficial. Hasta que apareció Massa aceptando su derrota, y allí nomás se supo los resultados oficiales: el candidato de La Libertad Avanza había ganado no por cuatro, ni seis ni siete, sino por once puntos porcentuales, un porcentaje inesperado hasta para los partidarios más optimistas.
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La cifra final (55% contra 44%) refleja el profundo descontento del pueblo argentino por las erradas políticas económicas del presidente en funciones, Alberto Fernández, capitaneadas por Massa desde el Ministerio de Economía, que los ha llevado a una inflación de 142%, con una proyección, según los entendidos, al 300%, y tomando el inequívoco rumbo de una hiperinflación bastante similar a la venezolana.
El triunfo de Milei es muy meritorio. Hace dos años, Victoria Villarruel y él fueron elegidos diputados nacionales por La Libertad Avanza representando a la ciudad de Buenos Aires. Eran solo ellos dos.
Ahora son millones de seguidores, y van a entrar a la Casa Rosada, la casa de gobierno.
Milei va a recibir un país quebrado. Por lo pronto ya ha anunciado que para salir de la crisis va a ser necesario aplicar un shock económico.
El próximo 10 de diciembre, cuando Javier Milei tome las riendas de Argentina, las ideas de Juan Bautista Alberdi, reconocido pensador liberal, lo acompañarán con seguridad. Esperemos que sea fiel a su influjo a lo largo de su mandato.
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Comunicador social y crítico literario