En la vida no existen las coincidencias.
Nuestro país ha recibido dos golpes muy duros esta semana en el ámbito internacional, primero S&P Global Ratings ha rebajado el rating crediticio al Perú a BBB-, debido a la “fragmentación política del Congreso y un limitado capital político”.
Finalmente, Anthony Blinken, ha presentado un informe sobre la situación de derechos humanos en el Perú, donde fulmina al gobierno de Dina Boluarte, diciendo que hay indicios de ejecuciones extrajudiciales, casos de corrupción, atentados contra la libre prensa y el ejercicio de la libertad de expresión, y casos de violencia contra la mujer.
¿Cuál es la verdadera causa de estos sucesos, tan mal van las cosas en nuestro país, para que se nos rebaje el rating crediticio y se pretenda ahuyentar a los inversionistas?
Para comenzar, es necesario señalar que la controversial empresa Blackrock, que muchos afirman tiene vinculaciones con el deep state americano, es una de las principales accionistas de la empresa S&P Global Inc.
De esta manera, no queda duda que hay una vinculación directa entre el informe presentado por Blinken y la rebaja del rating crediticio a BBB- que ha recibido nuestro país.
Incluso el mismo comunicado de la rebaja del rating no esconde que esta tiene una evidente naturaleza política, acusando el fraccionamiento del congreso de la República como algo que disuade la inversión.
Esta afirmación parece bastante extraña y no hace mucho sentido, dado que en estricto este mismo Congreso fraccionado sería el que logro frenar un golpe de Estado de índole socialista, que sin duda habría destruido por completo cualquier tipo de inversión.
Resulta absurdo querer imputar el mal manejo de la economía y la intimidación a inversionistas al Congreso de la República, cuando este pareciera ser responsabilidad del Poder Ejecutivo y de los gobiernos municipales.
Además, resulta extraño que existiendo tantas razones válidas para rebajarnos nuestro rating crediticio, como el acoso sistemático que han recibido los inversionistas nacionales e internacionales por los gobiernos municipales, huelgas de gremios socialistas que impiden el turismo, y la paralización del sector minero debido a la burocracia y papeleo ambientalista, hayan escogido atacar al Congreso de la República, que es la única entidad que mantiene a flote a nuestra frágil república.
Mi hipótesis sería que esta chiquita contra el Congreso es una simple excusa, y que detrás de esta rebaja del rating crediticio se esconde una estrategia geopolítica coordinada con el departamento de Estado americano.
El verdadero propósito de estas medidas sería sancionar a nuestro país por la nueva apertura del puerto de Chancay, y la creciente influencia de las inversiones del gobierno chino en nuestro país.
Si al gobierno de Estados Unidos en verdad le habría importado las represiones de las protestas violentas después del golpe de Estado fallido del socialista Pedro Castillo, queda claro que se habrían pronunciado de ello inmediatamente y no años después.
De esta manera, estas medidas son la consecuencia de las crecientes tensiones que están armándose entre Estados Unidos y China, y lamentablemente nuestro país está quedando en el medio.
El mensaje de Estados Unidos es claro. Nuestro país no puede jugar a ambos lados, va a tener que escoger en un plazo bastante corto si es que decide mantenerse en el bloque económico de Estados Unidos o de China.
Esta situación solo va a seguir escalando frente a las posibles tensiones de una guerra en Taiwán entre estas ambas potencias. Sin duda, todo esto es una verdadera bomba de tiempo.
Esto debe servir como una llamada de atención a los empresarios de este país, para que entiendan que seguir apoyando e incentivando las actividades comerciales de China en nuestro país va a poder tener resultados fatales para nuestra economía en el corto plazo.
De esta manera, el costo del puerto de Chancay puede terminar trayendo que nos volvamos un paria comercial frente a Estados Unidos y sus aliados, estamos avisados.
Abogado