Extraído de ILAD Opina. ¿Cómo podemos depositar nuestra confianza en las instituciones educativas públicas cuando estas no cuidan a los hijos de los peruanos?, ¿Cómo podemos confiar en colegios que no están en la capacidad de proteger y supervisar a los niños?
En abril, un niño de 6 años falleció porque un estante le cayó encima, en un colegio público de Moquegua. Una consecuencia más del grave estado en el que están estos centros en el país, con más de 1,000 colegios al borde de derrumbarse.
Y, por si fuera poco, el sector educativo público tiene más funcionarios sancionados por abusar de menores, según un estudio de El Comercio. En el 2022, más de 180 funcionarios públicos fueron sancionados por abusos, y el 70% de estos trabajan en el sector educativo.
¿Este es el sistema que la izquierda del Sutep pretende que creamos que protege a los niños del Perú? Seamos honestos, lo que es de todos no es de nadie. Y la verdad es que, frente a todos estos abusos y excesos, al final nunca hay nadie a quien responsabilizar.
¿No sería mejor plantear un sistema educativo en el cual los padres de familia tengan una mayor libertad para elegir a dónde envían a sus hijos?
Es aquí donde los vouchers educativos aparecen como una solución al problema. Bajo este sistema, los padres dispondrían de un subsidio para el pago de la educación de sus hijos, y con ello podrían elegir si quieren enviarlos a un colegio público o a uno privado.
Dejándoles así la posibilidad de escoger la escuela que mejor cuide a sus hijos, que tenga las mejores condiciones posibles y el personal que considere diligente.
Este sistema introduciría competencia, porque los colegios públicos vivirían, no del monopolio educativo que hoy les otorga un mercado cautivo en los estratos de ingresos más bajos; sino de su capacidad para ponerse al servicio de sus alumnos.
Un sistema en donde, frente a cualquier inconveniente, tendrán una cara a la cual dirigirse, a la cual responsabilizar y a quien no le convendrá que retiren a su alumno de sus aulas.
Hoy nadie asume la responsabilidad por estos casos, y en el mejor de los casos lo único que recibirán del director son unas disculpas.
Los vouchers educativos podrían ser también una solución para evitar desgracias como las de Independencia o de Moquegua.
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