La diversidad de voces deriva del derecho a la libre expresión; la doxa, la opinión, puede ser contrastada y deliberada; incluso la ciencia en el ideal de falsación de Popper; pero, ¿qué ocurre cuando la democracia conduce al monismo? La retórica de los monistas puede ser sólida si es populista, porque el populismo, más que modelo, es estrategia.
Todo puede ocurrir, incluso que la demagogia se instale sobre una masa que lee la política como dádiva. El monismo es el gobierno absoluto de una idea totalitaria del control, partido único, idea única, periodismo único y, una población que deviene en un estado de absorción total por el Estado. Jóvenes por venir, tornados en pioneritos; de eso trata el socialismo. El problema es que el socialismo no puede cumplir su objeto histórico sin terrorismo como forma de gobierno.
Sirve leer El libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión (1997), un libro colectivo elaborado por académicos europeos y editado por Stéphane Courtois. Nos dice que el genocidio socialista causó 60 millones de muertos en China, 20 millones en la Unión Soviética, 2 millones en Corea del Norte, 2 millones en Camboya, 100 mil en los regímenes comunistas de Europa oriental, 100 mil en Latinoamérica, 30 mil en África, 100 mil en España Represión en la zona republicana durante la Guerra Civil Española.
De hecho, el totalitarismo socialista ha sido de lejos el más letal, sin dejar de lado los otros totalitarismos, todos signados por el ideal colectivo y la nulificación del individuo. Con el entendido que el socialismo es esencialmente antidemocrático, ¿cómo puede integrarse al sistema democrático por la vía de las elecciones?
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Ocurre cuando el concepto de soberanía se colectiviza y referimos la soberanía del pueblo como un valor sustancial, dada la cuenta que la raíz histórica es la decisión en la plaza, 500 a.c en la Polis, cuando en Grecia el individuo era una pieza en el engranaje de la ciudad estado.
La soberanía reside en el individuo, este es el núcleo del desarrollo de los derechos humanos y del constitucionalismo desde su formación en el siglo XVII, por tal se han ensayado múltiples conceptos de democracia, más desde el pesimismo que desde la ilusión, como la deliberativa de Habermas, que nos devuelve a Grecia en pequeños grupos. Dworkin rescata el mayor peso de los derechos individuales.
Cuando el sistema permite la libre participación de actores y organizaciones antisistema, es uno regido por la mala comprensión de la democracia. La democracia peca de boba cuando la inclusión comprende el riesgo de perderla por el triunfo del totalitarismo. Como con el veto constitucional al nazismo en Alemania, liquidar la democracia boba pasa por declarar inconstitucional la formalización y participación política de organizaciones y personas totalitarias.
Como en la fórmula de Popper, la tolerancia es razonable para vivir en pluralidad, ya no lo es cuando cobija a la intolerancia, raigambre y fin de toda democracia que se presuma de razonable.
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Abogado y escritor
