Política

¿Por qué Toledo está siendo extraditado de los EE.UU.?

La llegada de Alejandro Toledo a nuestro país es cada vez más una realidad. A pesar de las inacabables prórrogas esta vez parece inevitable su enfrentamiento con la justicia de peruana por el caso interoceánica. Pero, ¿de qué se trata este caso?

En 2005, durante el gobierno de Toledo, entre bombos y platillos inició la construcción de una carretera que uniría Brasil y Perú. Sin embargo, años más tarde, lo que prometió ser una de obra de integración y fomento del comercio se convirtió en un entrampado de corrupción que hoy arrastra al expresidente a pagar 16 años de prisión.

El inicio de este caso se remonta a 2016, luego de que se hiciera público el caso de corrupción de Odebrecht, el Ministerio Público peruano y a la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción a seguirle la pauta a varias concesiones sospechosas otorgadas a la constructora y, dentro de ellas, a las otorgadas durante el gobierno de Toledo como fueron la carretera IIRSA Norte, la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez o la carretera Interoceánica, de esta última se encontraron hechos altamente sospechosos que llamaron la atención de la fiscalía.

Se encontró en poder de Alejandro Toledo y de sus allegados varios títulos de propiedad de bienes y empresas off shore, y llamativas compras de bienes y otros lujos como un yate o inmuebles en Punta sal, Tel-Aviv, San Francisco, entre otros. A partir de ahí, la fiscalía tiró el hilo de la madeja y siguió los informes bancarios del expresidente y estas empresas. Fue así que dio con el extenso trayecto que recorría el dinero negro de Odebrecht hasta las manos de Toledo. Este recorrido iniciaba con el pago de Odebrecht a alguna de estas empresas offshore para así poder facturar las coimas bajo el nombre de “consultorías” y otros servicios inexistentes. Dentro de esta empresas se encuentra la famosa Ecoteva. Desde ahí se utilizaban operaciones de cambio de moneda o intermediarios, como el difunto Josef Maiman, para transferir el dinero a las cuentas personales del expresidente o de sus allegados.

El descubrimiento se reafirmó mediante interceptaciones telefónicas a Toledo, su ex primera dama, Eliane Karp y Josef Maiman donde confirmaban el uso de testaferros y la creación de estas de estas empresas en paraísos fiscales con el fin de lavar dinero.

Esto se acabó de confirmar gracias a los testimonios de colaboradores eficaces entre quienes se encontraban Jorge Barata, quién declaró haber pagado a Toledo al menos 20 millones de dólares para favorecer a Odebrecht en licitaciones. Sergio Nogueira, exfuncionario de Odebrecht, quien declaró haber entregado personalmente a Toledo un sobre con 700 mil dólares en efectivo. Y, finalmente, Josef Maiman quien aceptó ante las autoridades haber sido uno de los testaferros más importantes de este caso.

En medio de todo esto, el 2017 la fiscalía inició la investigación en contra de Toledo, quien inmediatamente se fugó del país. En aquel entonces él dijo que volvería a Perú a declarar y defenderse de la que consideraba “una persecución política en su contra”, pero a día de hoy, 6 años más tarde, aún no ha vuelto.

El mismo 2017, después de que Toledo Manrique fuera declarado como fugado, la justicia peruana emitió una orden de captura internacional y, luego de que Toledo fuera ubicado en California, se solicitó al gobierno norteamericano su extradición.

En 2019 fue detenido en Estados Unidos y puesto en libertad condicional tras pagar la fianza de un millón de dólares pero, no fue hasta 2021 que la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos confirmara la extradición de Toledo a Perú. Sin embargo, Toledo sigue sin pisar territorio nacional.

El caso del expresidente se extendió a lo largo de los años debido a los múltiples recursos que presento su defensa, pasando por un habeas corpus por detención arbitraria y una apelación contra la prisión preventiva durante el proceso de investigación; hasta una solicitud de revisión de fianza, una apelación contra la decisión de extradición y una partición de asilo político a Estados Unidos. Pero todos estos recursos fueron denegados uno a uno.

Finalmente, cuando se esperaba la tan ansiada llegada de Toledo para el pasado viernes, su defensa interpuso un último recurso para aplazar una vez más su extradición por 14 días, tiempo en el cual pretenden presentar una solicitud de reconsideración de la decisión de extradición. Y bueno, juzgar por todos los anteriores recursos rechazados, se prevé un nuevo, y ojalá último, revés para la defensa y así poder tener finalmente a Alejandro Toledo en el Perú, presto para purgar una larga pena de 16 años en Barbadillo, junto al expresidente Alberto Fujimori y al golpista Pedro Castillo.

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