Un tema congresal que está marcando un nefasto precedente para el país, es el indignante caso de mi colega Digna Calle.
Como todos saben, la congresista por Lima de Podemos Perú de José Luna, desde hace casi siete meses vive cómodamente en el estado de Florida en Estados Unidos. Es decir, una congresista que lleva más de 200 días fuera del Perú. Sin trabajar, y peor aún, sin representar a sus más de 50 mil votantes. Digna Calle se burla del Congreso.
Con justa razón nos indigna a miles de peruanos, pero también supone una serie de perjuicios que dañan nuestro sistema de representación parlamentaria y la confianza ciudadana. ¿Ustedes creen que cualquier trabajador de una empresa privada sería capaz de faltar 200 días a su chamba y conservar su puesto? ¿Que no haya aportado nada productivo en más de seis meses y aun así tenga todos sus beneficios?
Esta es la gran contradicción entre lo que lamentablemente puede llegar a hacer un político con poder versus un ciudadano de a pie. Se tratan de privilegios que nadie tiene, y que como liberales debemos rechazar.
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Por demasiado tiempo, los políticos han creído que, por el simple hecho de tener un cargo, son seres superiores. Nada más alejado de la realidad. Lo cierto es que ningún congresista es más que uno de sus votantes. Aquí nadie puede tener corona.
En el Congreso ya se han presentado dos denuncias por infracción a la Constitución y delito de abandono de cargo. Y llegando al límite de la audacia, Calle había solicitado 60 días más en el extranjero, permiso que la actual Mesa Directiva ha rechazado. Incluso, la congresista Calle estuvo moviendo mar y tierra para ser vicepresidenta de la Comisión de Mujer y Familia. Por suerte, el resto de congresistas se opusieron y otra parlamentaria asumió ese cargo que Calle no merecía.
No podemos dejar que congresistas así sigan defraudando la confianza de todos los peruanos. Desde que entré en política, me he comprado el pleito de la reforma política. Y uno de los pilares donde reside esta reforma es el objetivo de fortalecer los vínculos de representación entre los Congresistas y los representados. Es fundamental que la ciudadanía mantenga una sólida confianza en las autoridades, y que esta confianza sea la base para un funcionamiento democrático efectivo y una representación genuina de los intereses y necesidades de la sociedad. Si no eres digno, entonces ¡a la calle!
En ILAD defendemos la democracia, la economía de mercado y los valores de la libertad. 
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Congresista de la República
