Cultura

“Baños inclusivos”: la vía de entrada del progresismo

El viral video de TikTok en el que la activista Olga Izquierdo denunció los baños inclusivos del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez abrió la discusión acerca de los posibles peligros del uso de baños mixtos, especialmente para niñas, adolescentes y mujeres.

Esta denuncia no solo generó revuelo para los actores políticos de derecha, como en el congresista Alejandro Muñante quien presentó una denuncia preventiva contra Lima Airport Partners (LAP), sino que la izquierda se ha visto ofendida (cuándo no) ante una supuesta “transfobia” y discriminación.

Pero, ¿no es a través de los baños “inclusivos” que el progresismo comenzó a hacerse de espacios, en países del primer mundo?

Tomemos el ejemplo americano

Desde el año 2017, en los Estados Unidos, los gobiernos demócratas han insistido en la obligatoriedad de los baños inclusivos en lugares públicos e incluso instando a las empresas privadas, colegios y universidades a acatar dicha medida. Todos callaron y las mujeres comenzaron a perder espacios en la sociedad.

En marzo del 2022, el caso de nadadora transgénero Lia Thomas vio la luz y ayudó a que algunos legisladores abrieran los ojos con respecto a las injustas ventajas que tiene la población LGBT.

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En aras de una supuesta inclusión, las nadadoras del equipo de la Universidad de Pensilvania se vieron obligadas a desnudarse frente a este hombre biológico 18 veces a la semana y cuando se quejaron ante la evidente incomodidad se les dijo que se “reeducaran”.

La situación en los colegios es aún más espeluznante. Los números de violaciones y acoso sexual en baños escolares han aumentado y más personas están alzando su voz frente a este atropello contra la privacidad y la dignidad. Si bien, en su mayoría, los perpetradores no son transgénero, sí son personas que se han aprovechado de esta medida “inclusiva” para hacer daño a mujeres y niñas, y eso debe detenerse.

Las cifras en el Perú

¿Vale la pena exponer aún más a una población vulnerable, como lo son las mujeres y niñas? ¿Dónde queda el derecho a la privacidad o a la intimidad? UNICEF afirma que, en nuestro país: “Entre 2017 y 2021 hubo 54,546 casos reportados de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, lo que deja un promedio de 30 casos al día. De estos, 92% corresponde a niñas y adolescentes mujeres, y 8% a niños y adolescentes hombres.”

En esa misma línea, en abril de este año, la Defensoría del Pueblo anunció, mediante un comunicado, que urgían intervenciones públicas focalizadas en erradicar la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, instando también a la participación del sector privado en estas medidas. Valdría la pena que LAP se entere de estas exhortaciones, ya que a ellos también les compete.

Lo cierto, es que siempre van a haber inescrupulosos que traten de aprovecharse de las normas para hacer de las suyas. Siendo el Perú uno de los países con mayores índices de violencia contra la mujer en la región, debemos prevenir para no lamentar y ponerle fin a las pretensiones progresistas que le traen más perjuicios que beneficios a la sociedad.

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