Las heladas en la región de Puno no son novedad. Suceden con cierta regularidad, suficiente como para que las autoridades correspondientes las prevengan. Y cuando digo autoridades correspondientes me refiero en primera línea al gobierno de la región en mención.
¿Han tomado cartas en el asunto? Parece que no, que tuvieron otras prioridades en estos meses, como, por ejemplo, estar apoyando protestas y desplazamientos de población. No se prepararon y a ellos les deberían reclamar los puneños.
Pero no lo hicieron y Puno está casi o igual de desprevenido para las heladas ahora. Igual hay que ayudar, mandar donaciones, el gobierno central tiene que tomar cartas en el asunto, ni modo. Sin embargo, resulta curioso que líderes puneños salgan en este momento a reclamar a Lima de que deben ayudar, que el gobierno de Dina Boluarte se manifieste, que el Estado peruano haga algo… cuando hasta hace media luna estaban despreciando a todos los que ahora tienen la obligación moral de hacer algo.
En Puno todos hemos visto un movimiento para separarse del Perú. Hemos visto cómo izaron otras banderas que no eran la peruana. Cómo piden ayuda a líderes de otros países para que solucionen sus problemas y los ayuden a dejar de ser peruanos. Pero miren qué curioso, en el momento difícil, cuando tienen una crisis, es al gobierno central peruano, al de esa presidenta que tanto odian, a la que le reclaman que se manifieste. Igual el Perú entero tiene que ayudar, porque es lo correcto. Pero qué curioso, ¿no es cierto?
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TE PUEDE INTERESAR:En redes sociales han estado insistiendo en que es el gobierno central el que debe encargarse de esto, porque Puno ha estado abandonada por años. Ya saben, el rollo de siempre. Pero, ¿Puno ha estado abandonada? ¿Es eso cierto? No realmente.
Hace 10 años, el gobierno regional de Puno recibió 0.9 miles de millones de soles. Ése era su presupuesto para hacer cosas. Para el 2023, una década después, este se había más que triplicado hasta 2.9 miles de millones de soles. Eso no es una región en abandono.
Aquí el problema no es de abandono o de ausencia del Estado. Ahí está el gobierno regional de Puno, bien presente. Aquí el problema es de gestión. Los recursos los tienen. Pero, ¿los usan? Si uno consulta el avance en el uso de sus recursos del 2022, verá que ese gobierno regional ha usado el 89% de su presupuesto, que suena alto.
Pero hay un detalle. Desde el gobierno de Ollanta Humala, los gastos corrientes de los gobiernos regionales se han incrementado. Es decir, los desembolsos que tienen que hacer para funcionar. Sueldos, sobretodo.
Ahí es que se va la plata. Y no en proyectos de inversión o programas para solucionar problemas de la población. En políticas públicas se recomienda que sea al revés. Que se use más recursos en solucionar problemas y menos en gasto corriente. Pero no hacen caso, pues.
Y miren las consecuencias. Es más, si uno ve cuánto gastó este gobierno regional en proyectos de salud veremos que avanzó apenas 49.7% de su presupuesto para el 2022. Eso es lo que le importó la salud de los puneños a su gobierno regional.
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Economista
