A raíz de la pandemia y la guerra de Rusia con Ucrania, Europa se encuentra sumergida en un contexto económico caracterizado por la lentitud de su crecimiento y por un aparente auge de los desajustes macroeconómicos de los países miembros.
Un ejemplo claro es la tendencia inflacionista de su economía, la que ha llevado al Banco Central Europeo a plantearse continuar con la subida de los tipos de interés -que durante los años de pandemia estuvieron en cero- , con la intención de frenar el avance de este indicador.
Una medida que suele ser recurrente en el comportamiento de los distintos bancos centrales de las economías por su efectividad para reducir la inflación; pero que, no obstante, también trae consecuencias negativas como la disminución de la inversión empresarial, que a su vez puede repercutir en el empleo.
Sin embargo, la inflación no es el motivo por el que el Viejo Continente ha volteado la vista hacia Sudamérica.
Otro de los problemas que enfrentan en Europa es el riesgo de colapso de su sistema de pensiones que, en la mayoría de países, se basa en el modelo de la Seguridad Social. Uno en el que se hacen aportaciones obligatorias -por parte de individuos y empresas- al fondo de pensiones público para financiar las cuotas de los pensionistas.
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El problema se desprende de dos componentes principales:
- La pirámide demográfica está invertida, lo que significa que cada vez son más los pensionistas que los que aportan.
- Las pensiones se ajustan más rápido a la inflación que los salarios de los que aportan.
Ante esto, una de las principales economías de Europa – y del mundo – ha indagado en busca de soluciones al panorama que se les presenta. Es por esto que Alemania se encuentra a puertas de aplicar una reforma a su sistema, basándose en el modelo de capitalización chileno.
Un sistema diseñado por el economista de ideas liberales similares a la de los Chicago Boys, José Piñera, que consiste en la capitalización individual de las aportaciones. Es decir, un sistema en el que la liquidez al que el trabajador renuncia en el momento para poder recibirla en su retiro, no se quede estancada en un fondo, sino que entre a jugar en los mercados financieros para producir rentabilidades (beneficios) que hagan crecer ese dinero.
El sistema de pensiones es, de cara al largo plazo, el mayor problema económico de Europa. Principalmente porque van siendo muchos años en los que el bote de dinero no cubre las pensiones que se pagan, aunque, con algunas excepciones.
Si a esto lo relacionamos con la pirámide demográfica invertida, tenemos como resultado que en unas décadas no habrá dinero para pagar a los pensionistas.
Es por esto que el modelo liberal chileno, que inspiró en cierta medida al peruano, es referente ya no solo de la región, sino a nivel intercontinental. Lo que refuerza el éxito de las medidas económicas liberales frente a las keynesianas, que son las que imperan en Europa.
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Estudiante de economía
