Este último fin de semana, representantes de los 193 países miembros de las Naciones Unidas se reunieron en la Asamblea General para discutir y votar sobre su nueva propuesta de agenda global, denominada “Pacto del Futuro”.
Dicha propuesta fue aprobada por amplia mayoría y busca extender la Agenda 2030 unos 15 años más –instaurando así la Agenda 2045– agregando nuevas regulaciones para las redes sociales, las grandes compañías tecnológicas y la inteligencia artificial, con objetivos que incluyen erradicar el hambre, reducir la pobreza y, explícitamente, promover la “igualdad de género”, así como fortalecer la gobernanza y las instituciones globales.
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¿Cuál fue la postura del Perú?
Mediante un comunicado publicado en las redes sociales oficiales de la Cancillería del Perú, la entidad compartió que el Perú sí se sumó al acuerdo globalista.
“Hoy por la mañana, en la Cumbre del Futuro, el Perú se sumó al «Pacto para el Futuro» que compromete una serie de acciones en áreas clave, para legar a las generaciones futuras un mundo mejor, más seguro, con democracia, sin hambre y con un planeta resiliente”, se escribió en las redes del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Esto ha recibido duras críticas de activistas anti-globalistas peruanos, que ven con escepticismo las promesas vacías y las prioridades de los organismos internacionales. En esa línea, Olga Izquierdo, fundadora de “Que No Nos Callen Perú”, hizo un llamado de atención al gobierno de turno:
“Es contradictorio e incoherente que un gobierno incapaz de atender los problemas más urgentes del país pretenda resolverlos a través de una agenda que no responde al interés ni a las necesidades del pueblo peruano”, escribió en redes sociales.
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¿Es posible no adherirse?
Algunos países, como Argentina, rechazaron sumarse a esta propuesta.
“Nuestras reservas y objeciones con el Pacto del Futuro no son, sin embargo, un obstáculo para la Argentina porque, al contrario, queremos tener alas para nuestro crecimiento en libertad”, declaró la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, en su discurso ante la Asamblea.
Así, la nación sureña formó parte del reducido grupo de países que se disociaron de este acuerdo.
Adicionalmente, su presidente Javier Milei es un conocido detractor del globalismo, y ha expresado abiertamente su rechazo a la actual Agenda 2030, particularmente en temas relacionados con el feminismo, el aborto, la “igualdad de género” y el cambio climático.