Hoy viernes 6 de octubre, millones de limeños somos nuevamente víctimas de la incapacidad del Estado empresario. Sedapal, la empresa que presta el servicio público de agua a Lima y Callao, lleva a cabo un corte de agua en 22 distritos, que está afectando masivamente a todos los ciudadanos por cuatro días.
Como algunos recordarán, hace poco presenté un proyecto de ley que faculta la privatización de Petroperú, y promueve buenas prácticas de gobierno corporativo. Muchos de ustedes me comentaron que deberíamos empezar a discutir hacer lo mismo con Sedapal, y hechos como el corte de esta semana solo dan más fuerza a esa propuesta.
Les quiero poner un ejemplo de película. ¿Sabían que en Sedapal los hijos de los trabajadores tienen prioridad para entrar a trabajar en la empresa, solo por ser hijos de trabajador? Y claro, Sedapal no es una empresa familiar para que los cargos se estén heredando. ¿Dónde quedaron el mérito y la capacidad en el Estado? Hacer esto con plata de todos los peruanos es insólito.
Vayamos a las estadísticas. ¿Cuántos son los peruanos que sufren por no tener agua, o sí tienen, pero pagan precios injustamente altos? Hoy en Lima hay 720 mil personas sin acceso a la red pública de agua potable y más de 1 millón sin acceso a alcantarillado. Y, según el BCR, en 2022 la empresa registró un déficit de 200 millones de soles.
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Además de estas pérdidas que pagamos todos, y se diluyen entre nuestros bolsillos, el sistema de Sedapal obliga a los que menos tienen a pagar más. ¿A qué me refiero? Que los más pobres pagan hasta 30 soles por metro cúbico, cuando en un hogar conectado el costo es de 2 soles en promedio. O sea, que los que no tienen alcantarillado, deben pagar por agua carísima de los camiones cisterna. ¿Dónde están los defensores de la justicia social?
No caben dudas que Sedapal no funciona bien ni operativa ni económicamente. Y esto se repite por todo el país. Así como Sedapal funciona en la capital, por todo el Perú tenemos 55 EPS’s (o empresas prestadoras de servicios de agua y saneamiento). El resultado es el mismo: según el Ministerio de Vivienda, 3.4 millones peruanos no tiene acceso al agua potable. Y de las 55 EPS, 37 rinden cuentas a los gobiernos subnacionales, que como sabemos, muchos son un desastre.
Sino miremos el caso de Piura. La EPS Grau, que presta servicios a esta región, tiene 300 millones de soles en deudas, y lleva 23 años en proceso concursal en INDECOPI. Es decir, hace décadas que está quebrada. Este tipo de empresas fallidas son las que supuestamente sirven las necesidad de los peruanos. ¿Creen que la EPS Grau será capaz de brindar agua cuando nos impacte el Niño este verano? Estas empresas de “estratégicas” no tienen nada.
No podemos seguir permitiendo que la mala gestión de las empresas públicas afecten el desarrollo y la salud de los peruanos. La discusión para seguir incorporando incentivos y gestiones privadas a las empresas públicas va EN SERIO. Tienen mi palabra. ¡Nos vemos en la próxima!
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Congresista de la República