Querida Lima:
En tu aniversario 489 te saludo y felicito, porque definitivamente no eres cualquier ciudad. Eres más que una urbe, eres el corazón palpitante de nuestra historia, la cuna de una cultura rica y diversa que ha resistido el paso implacable del tiempo que, en muchas ocasiones, ha sido particularmente cruel con tus calles y tu gente.
Celebrar tu aniversario es reconocer la alegría, el dolor y las dificultades de ser capital. Lima, una ciudad a la que le reclaman crecimiento y de igual manera, se lo resienten.
Las protestas han resonado en tus calles desde hace mucho y estoy segura de que sonarán nuevamente dentro de poco. En medio de las controversias, has demostrado ser un crisol de opiniones, un lugar donde las voces se entrelazan para tejer el tapiz de nuestra democracia que tantas veces se ha visto fuertemente atacada. Parece que las luchas son inherentes a tus callejones y avenidas.
Me enternece saber que el Centro se llena de color y música, celebrando la diversidad que te caracteriza. Los festejos no solo son una muestra de tu alegría innata, sino también una oportunidad para que los limeños se reconecten con sus raíces, fortaleciendo los lazos que nos unen.
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Has sido testigo de lo bueno y lo malo, pero también eres hogar de una belleza que trasciende lo tangible. Tus calles susurran historias de amor, venganza y reencuentros. Sean a la patria o con unos a los otros. Eres la casa de la decana de América y demuestras el legado religioso que tanto nos caracteriza a los peruanos en tu arquitectura y con nuestra imponente catedral. No todo es perfecto, pero es en esta imperfección la que se desenvuelven los limeños y sus ideas.
En tu 489 aniversario, Lima, quiero rendirte homenaje no solo por tus éxitos, sino también por tus lecciones aprendidas en las derrotas. Eres una ciudad que se renueva constantemente. Tu capacidad para reinventarte y salir adelante es tu mayor fortaleza. Lo demuestran tus ciudadanos que desde muy temprano se plantan en tus avenidas, sin peros ni excusas, para ganarse el pan y construir el país con el que sueñan.
No por nada te llaman la Ciudad de los Reyes, porque en tus veredas, entre tus murallas históricas, late el corazón de una metrópoli que ha resistido y florecido. Que cumplas muchos aniversarios más, Lima, y que cada uno de ellos sea un testimonio de tu grandeza, de la admiración que inspiras y la tradición que guardas.
Con afecto,
Majo.
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Periodista de ILAD Media