Javier Milei comenzó su recorrido político vociferando el eslogan ¡Viva la libertad, carajo! el cual tiene dos elementos importantes: la libertad por un lado que es celebrada y la palabra malsonante que le da un sentido transgresor. A diferencia del Make America great again de Donald Trump, el discurso de Milei invita no solo a la Argentina a luchar por la libertad, también a cualquier otro país que esté sufriendo los golpes del socialismo.
Otra característica interesante del ahora candidato a la presidencia es la comunicación no verbal que ha mantenido en todo este tiempo, el pelo despeinado, siempre a saco y corbata y muchas veces con una especie de agenda en la mano. Esto ha consolidado una imagen difícil de olvidar para el electorado que muy probablemente lo recuerde como el tipo que no se peina que grita en televisión y que está en contra del establishment político.
Sin embargo, desde que inició su actividad política hasta la actualidad, Milei ha ido mejorando sus actitudes direccionándose a la imagen de un político serio y que está dispuesto a tomar la responsabilidad de levantar nuevamente al país. Ha entendido que no debe tirar perlas a los cerdos y ha comenzado a elegir sus batallas.
Por otra parte, una ventaja que Milei tiene que el resto de candidatos no posee es que no ha tenido un cargo político en gobiernos anteriores, es así que muchas personas lo consideran como una alternativa nueva y diferente al resto. Además, al ser muy pasional en sus expresiones, ha logrado representar el hartazgo de todos los argentinos que consideran que vivir y trabajar en el país albiceleste es una agonía.
Si bien los principios liberales de Milei proponen el respeto irrestricto en el proyecto de vida del otro, ha logrado entender que en política no se puede trabajar de manera individual, por eso ha logrado también crear una comunidad libertaria importante. Atrayendo sobre todo a muchos jóvenes que están cansados del sistema político actual. Sistema que, entre el 2021 y el 2022, según la Dirección Nacional de Migraciones en Argentina, ha motivado que al menos 11 mil jóvenes dejen el país y vayan a buscar suerte fuera donde, muy probablemente, consigan un mejor sueldo.
Milei tiene el gran reto de seguir representando el fastidio del laburante, ser la voz que se imponga contra los políticos de siempre y proponer solucionar a un país casi condenado al hambre ¿lo logrará?
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Reportera gráfica e ilustradora