Internacional

Nicaragua: el modus operandi del comunismo sandinista

La dictadura sandinista ha cerrado cientos de universidades, miles de organizaciones civiles, organizaciones y centros religiosos.

Hace unos días, la dictadura sandinista de Daniel Ortega prohibió las operaciones de la organización Jesuita “La Sociedad de Jesús” y decomisó todas sus pertenencias. Esta noticia agrega a las cientos de organizaciones que han sido declaradas ilegales en el país de Nicaragua en el último año, incluyendo organizaciones civiles y religiosas.

Sin embargo, esta noticia era de esperarse pues sigue exactamente el libreto comunista que el “Frente Sandinista de Liberación Nacional” (FSLN) o el Partido Sandinista han implementado desde sus orígenes y han copiado directamente de Cuba, China, e incluso, la Unión Soviética.

El sandinismo nace en honor a Augusto Cesar Sandino, con el objetivo de una transformación nacional en base a principios establecidos y esparcidos por la Unión Soviética e impulsados por Cuba en Latinoamérica. El 17 de julio de 1979, el sandinismo logra su primer objetivo después de años de librar una guerra de guerrillas, la toma del poder de las manos del dictador Anastasio Somoza.

Así como habría ocurrido en Cuba, Rusia, y se había impulsado en África, Bolivia de la mano del Che Guevara, el sandinismo logró sus objetivos utilizando la estrategia de guerrillas armadas en el interior del país, las cuales fueron ganando fuerza hasta lograr un último golpe a la capital del país.

A partir de ese momento, el sandinismo tomó el poder y organizó la “Junta de Reconstrucción Nacional” donde por primera vez vemos a la figura de Daniel Ortega ocupando un rol de liderazgo. El FSLN sería el último grupo guerrillero que veríamos en la región con la intención de tomar el poder. Sin embargo, después de una derrota en 1990, el plan sandinista tendría que esperar para terminar su transformación nacional.

La espera terminó en el 2007 donde un resultado electoral de 37,99% otorgaría a Ortega la victoria necesaria para retomar el poder. Desde ese día hasta hoy, Daniel Ortega ha sido presidente y luego dictador de Nicaragua.

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En los próximos años Nicaragua viviría la prometida transformación nacional de parte del líder sandinista, pero esta transformación tendría como objetivo final un gobierno de carácter comunista y militar de las mismas características que el gobierno cubano actual.

Entre algunas de las acciones que iniciaron la transformación sandinista fueron la gratuidad de los servicios médicos y los medicamentos y la disminución de la brecha salarial de parte del Estado entre hombres y mujeres, medida que puso a Nicaragua como el país con mayor equidad de género en Latinoamérica de acuerdo con el Foro Económico Mundial en 2015.

En 2018, después de retroceder en su postura económica e implementar un incremento de impuestos, la situación en Nicaragua alcanzó un punto de quiebre en el país. La sociedad civil, grupos religiosos, y organizaciones civiles iniciaron protestas que fueron fuertemente reprimidas por el gobierno y cobraron cientos de muertes y presos políticos. A partir de este momento la dictadura de Ortega mostraría su cara más totalitaria.

Hasta hoy, la dictadura sandinista ha cerrado cientos de universidades, miles de organizaciones civiles, organizaciones y centros religiosos, y encarcelado a miles de personas, incluso del clérigo, con acusaciones de terrorismo. Asimismo, en las últimas “elecciones” en el 2022, el gobierno encarceló a 7 candidatos presidenciales directos y obligó a los demás a huir del país.

Estas estrategias de censura, persecución, e incluso tortura a organizaciones civiles, académicas, y religiosas forman parte de la estrategia comunista para el control del Estado. Hemos observado las mismas prácticas contra estos organismos en Cuba, China y la Unión Soviética, donde los derechos humanos y religiosos de la población fueron erradicados para imponer al Estado por encima de cualquier otro organismo.

Hoy, cientos de nicaragüenses viven con el terror de ser encarcelados solo por pertenecer o apoyar a diferentes partidos políticos. Activistas, líderes políticos y religiosos siguen encarcelados incluso después de la última liberación de presos políticos en 2023.

El comunismo cayó como una alternativa real de gobierno junto a la unión soviética, pero sigue presente como mecanismo de control social y estrategia para consolidar dictaduras. Asimismo, millones de personas hoy siguen viviendo bajo este sistema autoritario que atenta con continuar expandiéndose en nuestra región de la mano de Ortega, Díaz-Canel, Maduro y junto a líderes del Foro de Sao Paulo como Lula, López-Obrador y Petro.

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