Tucker Carlson, uno de los periodistas más importantes de Estados Unidos, sorprendió al mundo entero cuando reveló esta semana que había viajado a Moscú para hacer una entrevista con uno de los personajes más controversiales y criticados del mundo, Vladímir Putin, el presidente autoritario de Rusia.
A penas se reveló esta noticia, se armó una avalancha de críticas de la izquierda norteamericana, en la cual se cuestionó la decisión moral e incluso legal de la realización de la presente entrevista.
¿Son acaso fundadas estas críticas, es correcto que se condene la entrevista que Tucker Carlson realizó con Vladímir Putin?
Para comenzar, es necesario analizar a la figura de Vladimir Putin, como el principal enemigo geopolítico del mundo libre occidental. Putin ha logrado consolidarse como el líder vitalicio autocrático de Rusia, aplastando y en algunos casos asesinando a su oposición, asfixiando en su cuna a la joven democracia que nació después de la caída de la Unión Soviética.
Putin ha intentado reivindicar territorialmente la extensión de la ex Unión Soviética a través de gobiernos títeres e invasiones de países vecinos, lo que incluye a Georgia y Ucrania, trayendo la muerte de miles de personas. De esta manera, ha sido uno de los líderes mundiales que más guerras injustificadas ha iniciado en el siglo 21 y que permanece completamente impune.
Para finalizar, Putin se ha posicionado geopolíticamente con los grandes adversarios de occidente, incluyendo China, Irán, Corea del Norte, lo que podría desencadenarse en una Tercera Guerra Mundial a gran escala, donde morirían millones de personas.
Sin duda alguna, Vladímir Putin es uno de los hombres más poderosos y peligrosos de la tierra.
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Es importante resaltar que la historia está plagada de entrevistas infames, en la cual los periodistas deciden poner bajo la lupa a algunos de los personajes más oscuros de la humanidad.
Por ejemplo, podemos citar la entrevista de Sean Penn con el líder del Cártel de Sinaloa, el Chapo Guzmán, la entrevista de John Miller con Osama Bin Laden, o la famosa entrevista de ABC News con el Che Guevara.
De esta manera, perse, queda claro que en la profesión del periodismo es completamente aceptado que se entreviste a cualquier persona, especialmente aquellos que son acusados, o sospechados de cometer actos atroces contra la humanidad.
Queda claro, que los periodistas no son responsables de los actos o pensamientos de aquellos que entrevistan, y muchas veces la mejor forma de cuestionar y desacreditar a un personaje cuestionable es dándole una plataforma para poder revelar la absurdidad o atrocidad de sus argumentos frente al público.
Un límite claro que marca la profesión del periodismo sería cuando el periodista contribuye a la comisión o el encubrimiento de un delito. Por ejemplo, el caso típico sería cuando el periodista incurre en un crimen de odio, al incitar que se cometan actos de violencia tangibles contra cierta población.
De esta manera, debemos señalar que en estricto no hay ningún problema legal y que más bien siempre es provechoso que se entreviste a personajes cuestionables, dado que estos después pueden servir como documentos históricos que pueden ayudar a las futuras generaciones a poder entender el pasado.
El problema real de esta entrevista no es de tinte legal ni de ética profesional, sino más bien que pareciera que hay una clara intención política por parte del periodista. No negamos que los periodistas son libres de poder ejercer sus convicciones políticas. Sin embargo, de esta misma manera las personas somos libres de juzgar y criticar las ideas políticas de los demás.
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Tucker Carlson pertenece al ala más conservadora del Partido Republicano, que cree en el aislacionismo militar de Estados Unidos, denunciando que no se debería apoyar económica ni militarmente al gobierno de Ucrania. Bajo esta misma postura Estados Unidos jamás habría intervenido en la Segunda Guerra Mundial, y probablemente Hitler habría logrado salir victorioso.
De esta manera, la visita de Tucker Carlson a Putin sin duda tiene como propósito querer convencer al público americano de que deben de dejar de apoyar a Ucrania, para dejarlos a la merced bélica de Rusia.
Esto es altamente cuestionable, dado que si es que tiene éxito podría llevar a la muerte de cientos de miles de ucranianos, que podrían padecer en la injustificada invasión que Rusia lleva realizando en su país desde hace varios años.
Por estos motivos es necesario entender que los actos políticos muchas veces pueden tener graves consecuencias en la vida real.
También es cierto que el pueblo americano no tiene una obligación legal de tener que financiar la paz de en todo el mundo con sus propios impuestos.
Sin embargo, la historia demuestra que cuando Estados Unidos se vuelve aislacionista los principales enemigos de la paz y de occidente se terminan saliendo con la suya.
Lamentablemente, al ser el país que introdujo el concepto de democracia republicana al mundo en la modernidad, donde se respeta de manera inalienable la vida la libertad y la propiedad, que ha llevado a la humanidad al momento de mayor prosperidad social y económica en su historia, Estados Unidos tiene una obligación moral de mantener la paz en el mundo, dado que ellos son los únicos que tienen la capacidad de mantener a los lobos bajo control.
Por estos motivos, a pesar de que reconocemos que Tucker Carlson está en todo su derecho de entrevistar a Putin, y esta entrevista puede revelar información de suma relevancia al público internacional, no podemos negar que sus verdaderas intenciones son deleznables y pueden terminar siendo extremadamente perjudiciales para el mundo.
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